Los miomas uterinos, también conocidos como fibromas, son tumores benignos que se desarrollan en el músculo del útero.
Aunque no siempre producen síntomas, aquellos miomas que son más grandes suelen cursar con cuadros que afectan a la calidad de vida de las personas que los padecen.
Los más comunes son:
- Dolor pélvico
- Presión abdominal baja
- Sangrado menstrual abundante y prolongado
- Cansancio y fatiga
El cansancio es uno de los síntomas relacionados con la presencia de miomas que suponen un mayor hándicap.
Esta sensación suele estar relacionada con situaciones de anemia ferropénica derivada de los sangrados excesivos y por la instauración de inflamación persistente de bajo grado.
La inflamación de bajo grado es un resultado de la activación constante del sistema inmunológico. Esto acaba alterando el metabolismo de la energía, de forma que limita la capacidad del cuerpo para producir energía y restringe el acceso de energía a determinados tejidos.
¿Cuál es la relación entre el mioma y cansancio?
Para entender esto, debemos contemplar cómo el desarrollo de inflamación crónica de bajo grado es una situación que está detrás de muchos síntomas, entre ellos el cansancio en mujeres con mioma.
Como seres humanos, estamos bien adaptados a dar respuesta a estresores agudos como el frío, el calor, el hambre y la sed.
Para esto, hemos generado estrategias que nos permiten sobreponernos a este tipo de adversidades durante un tiempo, aunque si no se resuelven este tipo de situaciones en un margen relativamente corto de tiempo, las consecuencias pueden ser fatales.
Hay otros focos de estrés que también nos sacan de nuestro equilibrio, pero no suponen un fenómeno que nos vaya a matar, no al menos a corto plazo.
Estos focos de estrés pueden ser el bullying, la ausencia de sol, de actividad física, la soledad, el consumo de alimentos ultraprocesados, la falta de descanso nocturno, etc.
A todos ellos, el cuerpo responde generando una respuesta inflamatoria que no es potente como la que podría haber ante un estresor agudo, pero sí que es constante, mantenida en el tiempo.
A esto lo conocemos como una inflamación crónica de bajo grado.
Existen situaciones que van a fomentar el mantenimiento de la actividad del sistema inmunológico, de la inflamación de forma sostenida en el tiempo.
Estos son cuadros como la resistencia a la insulina o a la leptina, dos hormonas que el sistema inmune puede utilizar como sustrato para reactivarse.
También puede haber resistencia al cortisol, que impide que la célula inmune se apague.
Cuando la actividad inflamatoria se mantiene en el tiempo, el sistema inmune va tomando poco a poco el control, asignándose energía en detrimento de otros tejidos,órganos y sistemas.
La presencia de citoquinas proinflamatorias altera el metabolismo de la energía de las células haciendo que las mitocondrias tengan menos capacidad de generar ATP, que es igual a energía.
Cuando el proceso de inflamación de bajo grado se mantiene, la consecuencia final es la instauración de un proceso neuroinflamatorio.
Esto significa que las células inmunológicas que están en torno a las neuronas se activan y “apagan” a la neurona asignándose ellas toda la energía.
Una de las áreas más afectadas por el proceso de neuroinflamación es el hipotálamo, donde están los centros que se encargan del reconocimiento de energía en el cuerpo.
Este cuadro de neuroinflamación puede provocar:
- Dificultades en la concentración
- Alteraciones en la memoria
- Sensación de agotamiento incluso en ausencia de esfuerzo físico
- Alteración del sueño
- Bajada en la líbido
- Poco apetito por planificar viajes
- Falta de apetencia por socializar
- Problemas de fertilidad
La presencia de un mioma puede disparar la aparición de inflamación crónica de bajo grado.
En el caso de que esto sea así, y en base a las consecuencias que tiene el proceso inflamatorio mantenido en el tiempo, se explica cómo la presencia de miomas cursa con cuadros de cansancio.
¿Qué dolores produce un mioma?
Un mioma es un tumor benigno que se desarrolla en el útero y que puede causar síntomas importantes como dolor.
El dolor dependerá de su tamaño, ubicación exacta, así como de la cantidad de tumores que haya presentes.
Los dolores más comunes asociados a miomas son:
Dolor pélvico
Se localiza a nivel abdominal bajo y se experimenta como una sensación de presión o hinchazón en esta zona.
Dismenorrea o dolor menstrual
En presencia de un mioma, el dolor y malestar propios de la menstruación pueden verse aumentados y durar más tiempo antes y después del periodo de sangrado.
Dolor en la parte baja de la espalda
La zona lumbar baja suele ser otra de las zonas frecuentes de dolor en presencia de miomas uterinos, especialmente si este se ubica en la parte posterior del útero.
Dispareunia o dolor en las relaciones sexuales
Los miomas pueden ser motivo de dolor en las relaciones sexuales, especialmente si estos están ubicados en las proximidades del cuello del útero.
Dolor por compresión
Al margen del dolor propio por la presencia del mioma, en el caso de que estos adquieran un mayor tamaño, pueden llegar a presionar órganos cercanos como la vejiga o el recto generando problemas para vaciar la vejiga o estreñimiento.
También pueden verse afectados por compresión nervios pélvicos generando dolor irradiado, sensación de adormecimiento u hormigueo hacia las piernas.
Dolor con contracción del útero
Los miomas pueden desencadenar contracciones uterinas similares a las que se experimentan durante el parto generando un estado invalidante para las personas que lo padecen.
A pesar de lo descrito, en algunos casos los miomas pueden ser asintomáticos, es decir, no generar ningún tipo de dolor o solo causar síntomas leves o muy leves en relación a dolor y malestar.
¿Pueden los fibromas grandes causar cansancio?
Los fibromas grandes que también se conocen como miomas pueden generar cansancio.
Esto puede ocurrir por varias razones relacionadas con el impacto que la presencia de los miomas tienen en el cuerpo.
Los principales motivos son los siguientes:
Anemia por sangrado excesivo
La anemia es una de las causas más frecuentes de fatiga en mujeres que sufren miomas.
Los miomas pueden provocar sangrados muy abundantes y prolongados en el tiempo.
Este exceso de sangrado supone una pérdida de hierro y esto se traduce en una anemia ferropénica.
Al haber menos hierro en sangre, la capacidad del cuerpo para transportar oxígeno se ve reducida y uno de los síntomas de esto es el cansancio.
Además de mareos, debilidad y dificultad para la concentración.
Inflamación crónica de bajo grado
La inflamación crónica de bajo grado supone una activación del sistema inmunológico a una intensidad moderada pero constante.
La formación de miomas en el útero está facilitada por factores hormonales.
Cuando se desarrolla el mioma, hay una activación local de procesos inflamatorios en el tejido uterino.
Con el tiempo, esta respuesta inflamatoria acaba extendiéndose a todo el cuerpo a través de este cuadro de inflamación de bajo grado.
El sistema inmune, constantemente activo, tiende a asignarse energía en detrimento de otros tejidos, órganos y sistemas, de forma que esto puede llevar a la percepción de cansancio y fatiga.
Desequilibrio hormonal
El desarrollo de miomas está influenciado por el equilibrio entre los niveles de estrógenos y progesterona.
Los desequilibrios entre estas dos hormonas pueden generar síntomas como la fatiga, bajo estado de ánimo y mala calidad del sueño que acaban contribuyendo a una sensación de cansancio constante.
Mala calidad del descanso
En muchas ocasiones, el tamaño y posición del mioma puede ejercer presión sobre la vejiga.
Esto lleva a la mujer que lo padece a tener que levantarse a orinar con frecuencia en la noche.
Esto interrumpe el sueño y puede afectar al nivel de energía y cansancio.
¿Qué no se debe comer cuando se tiene un mioma?
Para controlar el mioma y mantener la actividad inmunológica a raya, es recomendable evitar o limitar el consumo de alimentos que promueven la inflamación y el desequilibrio hormonal como:
Alimentos ricos en estrógenos y disruptores endocrinos
Hemos de entender que el desarrollo de miomas está influenciado por los niveles de estrógenos y progesterona.
Por ello, el consumo de alimentos que alteren el balance entre ambos puede estimular el crecimiento del mioma.
- Ultraprocesados
Muchos alimentos ultraprocesados contienen disruptores endocrinos como fitoestrógenos o xenoestrógenos que podemos encontrar en plásticos, pesticidas, conservantes o aditivos alimentarios.
- Carnes rojas y embutidos
Nos referimos en concreto a las que no tienen un origen orgánico y ecológico, ya que pueden contener hormonas añadidas generando una alteración en el equilibrio hormonal y aumentar el proceso inflamatorio.
- Soja
Los alimentos a base de soja contienen fitoestrógenos que ya hemos tildado con un disruptor endocrino.
Por lo tanto será ideal evitar su consumo en exceso y en caso de hacerlo optar por fuentes no transgénicas.
Azúcares refinados e hidratos de carbono de alto índice glicémico
El consumo de este tipo de alimentos aumenta los niveles de insulina y promueve el desarrollo de procesos inflamatorios, algo que puede alterar el equilibrio hormonal y empeorar la situación del mioma.
El consumo continuado de azúcares refinados e hidratos de carbono de alto índice glicémico (refrescos, bebidas azucaradas, pan blanco, pasta refinada, arroz, helados, bollería industrial…) genera cuadros de resistencia a la insulina.
La insulina es una hormona que puede ser usada por el sistema inmunológico para reactivarse y esto puede generar un círculo vicioso de inflamación
Por otro lado, el consumo de este tipo de alimentos, promueve también la creación de estrógenos con el consecuente desequilibrio hormonal.
Grasas trans y saturadas
El consumo de este tipo de grasas está íntimamente relacionado con el desarrollo de inflamación de bajo grado, que contemplamos como un factor importante a tener en cuenta en el desarrollo de síntomas como el cansancio en caso de presencia de miomas.
De esta forma, se aconseja evitar el consumo de margarinas, bollería industrial, fritos, snacks de bolsa, comida rápida y ultraprocesados
Lácteos no orgánicos
Algunos productos lácteos no ecológicos pueden contener hormonas que alteren el equilibrio hormonal en el cuerpo y favorezcan el desarrollo de procesos inflamatorios.
Por lo tanto, en caso de productos lácteos, lo ideal es moderar su consumo y optar por opciones ecológicas.
Café y bebidas ricas en cafeína
El consumo elevado de café y bebidas ricas en cafeína puede llegar a aumentar los niveles de estrógeno en mujeres y limitar la capacidad de regular los procesos inflamatorios.
La tendencia al consumo excesivo en mujeres con miomas, contribuye al estrés oxidativo y a generar desequilibrio hormonal, lo que puede agravar la inflamación y los síntomas asociados al mioma.
Alcohol
El consumo de alcohol en grandes cantidades y con frecuencia puede afectar al buen funcionamiento de las funciones del hígado entre las que se encuentra la capacidad de metabolizar el exceso de estrógeno en el cuerpo.
Si este proceso no se lleva a cabo debidamente, el resultado será el aumento de los niveles de estrógeno en el cuerpo favoreciendo los procesos inflamatorios y un desequilibrio hormonal que puede implicar el crecimiento del mioma.
La PNI puede ayudar en el tratamiento de los miomas
La presencia de miomas es una dolencia común en las mujeres occidentales que puede llegar a condicionar su calidad de vida y relaciones.
Desde la Psiconeuroinmunología (PNI) podemos ayudar a las mujeres que padecen esta dolencia interviniendo sobre los mecanismos que generan inflamación de bajo grado, que se erige como uno de los principales motivos del desarrollo de síntomas como el cansancio y la fatiga.
Para ello, debe hacerse un examen detallado del contexto de vida de la persona en la que se exploran hábitos de vida como alimentación, descanso, deporte, relaciones humanas, así como el estado de sus tejidos y órganos y evaluación de factores estresantes entre otros aspectos.
Todo esto nos llevará a un entendimiento en profundidad de cada persona y nos ofrecerá la oportunidad de descubrir espacios de intervención que nos permitan ayudar a cada paciente de una manera personalizada.
Las intervenciones que planteamos desde PNI en RIBER Center están basadas en estrategias de estilo de vida, gestión emocional y, en ocasiones, apoyadas por suplementación, si es necesario.
El objetivo es llevar a cada paciente a crear un contexto favorable que permita revertir los síntomas que presenta y que condicionan su calidad de vida.
Referencias
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/31378316
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6549124
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4604183
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/24665088