Trocanteritis ¿Cómo curarla? Antonio Bermejo 9 abril, 2024

Trocanteritis ¿Cómo curarla?

El dolor por trocanteritis es una de las causas más frecuentes en las consultas de fisioterapia.

Es una dolencia que puede venir provocada por diversos factores. 

Por ello, la clave en el éxito del tratamiento estará en tener una visión global, identificar estos factores de riesgo y realizar un tratamiento personalizado para las circunstancias de cada paciente.

¿Qué es la trocanteritis? 

Es una inflamación de la bursa y el periostio del trocánter mayor que se manifiesta con dolor local y en ocasiones irradiado hacia el muslo y pierna.

Este dolor se pone de manifiesto principalmente durante el movimiento como en situaciones de carrera, salto o al caminar.

El trocánter mayor es una parte del hueso fémur y que está localizada en la cara postero – externa de la pelvis.

En esta región del fémur se insertan algunos de los músculos conocidos como pelvitrocantéreos como:

  • Piramidal
  • Obturador externo
  • Géminos
  • Obturador interno
  • Cuadrado crural

¿Se cura la trocanteritis?

La trocanteritis es una dolencia frecuente que tiene buen pronóstico siempre y cuando se aplique un tratamiento adecuado para resolverla.

Hemos de tener en cuenta que existen diversas causas para el desarrollo de una trocanteritis:

  • Biomecánicas
  • Debilidad o hipertonía de músculos pelvitrocantéreos
  • Traumatismo directo por golpe o caída
  • Hábitos de vida
  • Emocionales

Como en cualquier otra lesión, la clave para que se cure la trocanteritis es llevar a cabo un correcto diagnóstico que nos permita diseñar un tratamiento adecuado y acorde al origen de la lesión que nos permita poner solución a la dolencia.

Para llevar a cabo un buen diagnóstico debemos tener en cuenta:

  • Cuándo empezó el dolor.
  • Si hubo algún hecho traumático como un golpe directo o caída que lo justifique.
  • Si hubo algún cambio en los hábitos de actividad física:
    • Comienzo de actividad física como carrera sin previo acondicionamiento.
    • Modificaciones en la técnica de carrera.
    • Cambios en las rutinas de musculación.
  • Cambios en hábitos de vida como portear a bebés o mayor tiempo sedentario.
  • Uso de un nuevo calzado.
  • Aumento del peso corporal.
  • Cambios en el puesto de trabajo.
  • Estado emocional.

Trocanteritis causas emocionales

Un proceso inflamatorio y doloroso como es la trocanteritis puede aparecer debido a problemas biomecánicos, musculares, por traumatismos y, en ocasiones, sin un motivo aparente.

En este último escenario, en el que no hay un patrón evidente que haya generado la aparición del dolor, puede deberse a un dolor referido visceral.

El dolor referido visceral se trata de una alteración en el funcionamiento de un órgano o víscera por motivos de sobresolicitación en sus funciones.

Esta situación genera una experiencia de dolor en articulaciones y músculos que no tienen su origen en las zonas corporales en las que se experimenta.

El dolor referido visceral se explica mediante el principio de facilitación medular. 

De esta forma, los mismos nervios que recogen la información de las vísceras, van a recoger la sensibilidad de determinados músculos y zonas de piel del cuerpo. 

Toda esta información se lleva hacia la médula espinal y asciende hasta el cerebro. 

La respuesta que da el cerebro en forma de experiencia de dolor se lleva hacia la víscera y las zonas de músculo y piel en relación con el mismo nivel medular.

A nivel emocional, la trocanteritis está en relación con procesos de estrés mantenido en el tiempo.

Cuando nos mantenemos en una situación de estrés crónico, la gestión de recursos como el agua o el sodio que se lleva a cabo en el riñón puede verse alterada generando procesos inflamatorios en éste órgano por sobresolicitación.

Como ocurre con otras vísceras que se encuentren en disfunción (estómago, hígado, corazón…), el riñón puede generar un dolor referido.

En mapas de dolor referido visceral, observamos que el dolor referido del riñón se manifiesta a nivel lumbar, en la región postero – externa de la pelvis y en la zona del trocánter.

En definitiva, cualquier factor que nos ubique en una situación de estrés crónico va a afectar a la función del riñón en cuanto a la gestión de recursos energéticos.

Este estado mantenido en el tiempo, puede llegar a generar un proceso inflamatorio que curse con dolor referido del riñón hacia el trocánter.

De esta manera se explica cómo procesos emocionales como el estrés pueden facilitar una experiencia de dolor como trocanteritis.

Trocanteritis tratamiento

Hemos de tener en cuenta que antes de pasar a la fase de tratamiento, ha de realizarse una primera fase exploratoria que nos permita elaborar un diagnóstico acertado.

El éxito del tratamiento pasará por entender la naturaleza del dolor y todos aquellos factores de riesgo que han facilitado la instauración del cuadro de trocanteritis.

Debemos entender que se trata de una patología que puede instaurarse por diferentes vías: debilidad muscular, alteración biomecánica, procesos de estrés… 

En el plano médico clásico, en  ocasiones no se atiende a este punto y se suele tratar la trocanteritis de forma genérica a través de la receta de AINES o mediante la infiltración local con analgésicos y corticoides.

No obstante, debemos entender que esto se trata de atender al último síntoma. Estamos tratando el último fotograma de la película sin atender al resto de la cinta.

El enfoque global cobra vital importancia en esta dolencia. Por este motivo, debemos llevar a cabo una completa exploración y entrevista al paciente que nos permita detectar aquellas posibles causas que han derivado en el problema final.

Una vez completada esta primera fase exploratoria que nos apoye a emitir un correcto diagnóstico asociado al origen de la patología, pasaremos al tratamiento.

En cuanto al tratamiento de la trocanteritis, vamos a mencionar las vías terapéuticas más efectivas.

Estudio biomecánico de la pisada

Cuando existe una alteración biomecánica, será vital llevar a cabo un estudio de la pisada a través del que se puedan diseñar unos soportes plantares que ayuden a corregir los desequilibrios estructurales que faciliten el desarrollo de la trocanteritis.

Osteopatía

Destinada a liberar los diferentes bloqueos articulares que pueden existir dentro de una cadena lesional.

Del mismo modo, con osteopatía podemos abordar las causas emocionales de la trocanteritis derivadas de un proceso de estrés crónico que afecta a la correcta función del riñón.

Fisioterapia

En casos de hipertonía de la musculatura pelvitrocantérea, el abordaje a través del masaje y el tratamiento de puntos de acúmulo de tensión, aplicación de frío, calor, vendaje y el estiramiento de la zona serán de gran ayuda para reducir el dolor.

Readaptación

Cuando el problema venga derivado de una debilidad o hipotonía de la musculatura pelvitrocantérea, la planificación de un programa de ejercicios adaptado a las características de cada paciente será de gran ayuda para recuperar la funcionalidad de la zona lesionada.

La virtud en el tratamiento estará no solo en la correcta ejecución de cada una de estas opciones terapéuticas, sino en saber combinarlas creando un programa de atención interdisciplinar adaptado a la naturaleza de la dolencia y a las características de cada paciente.

Caso tratado en RIBER Center de Trocanteritis

Exponemos el caso de un paciente deportista con un cuadro de trocanteritis derecha de 1 mes de evolución.

Contexto del caso

Recibimos en consulta a un deportista que suele hacer carrera de distancias no superiores a los 6 km de distancia y que tras decidir preparar una maratón, empieza a realizar entrenamientos de carrera de mayor distancia y con más frecuencia en la semana.

Problema que sufre el paciente

Tras varias semanas sintiendo molestias en el trocánter derecho durante la carrera, se ha instaurado un dolor invalidante que le impide correr más de 3 km seguidos sin tener que parar.

Exploración y palpación

Durante la exploración, apreciamos que existe una alteración postural biomecánica que justifica el desarrollo del cuadro de trocanteritis. 

Observamos que hay un valgo de retropié izquierdo que genera un descenso del arco plantar izquierdo y una cadena adaptativa ascendente que conlleva una anteriorización y rotación interna del hueso astrágalo, rotación interna de la tibia y fémur, aumento del vago de rodilla y desplazamiento externo de la rótula. 

A nivel de la pelvis, la compensación se manifiesta con un ilíaco izquierdo anteriorizado que va a generar una torsión sacra adaptando el ilíaco derecho en rotación posterior.

Esta torsión de la pelvis provoca un desplazamiento del centro de gravedad hacia la hemipelvis derecha.

Hay que tener en cuenta que el peso de nuestra cabeza, miembros superiores y tronco, en condiciones normales, debe repartirse al 50% entre los dos miembros inferiores

Al existir un desplazamiento del centro de gravedad hacia la derecha, la hemipelvis derecha está expuesta a una mayor carga de la que en teoría está diseñada para soportar.

Desde este punto, para no perder el equilibrio y caer hacia la derecha, la musculatura glútea y pelvitrocantérea se espasma.

Esto crea un terreno facilitado para que exista una inflamación de la bursa y el periostio del trocánter en caso de ejercicio físico de impacto como es la carrera de media y larga distancia.

Tratamiento realizado en RIBER Center

En este caso, esta lesión requiere de un tratamiento interdisciplinar a nivel de osteopatía, fisioterapia y estudio biomecánico de la pisada.

  • Con el estudio biomecánico buscamos facilitar un reparto de cargas equitativo a nivel de la pelvis y una mejora en la optimización en la mecánica de carrera a través de soportes plantares.
  • Con osteopatía corregimos las alteraciones estructurales, comenzando desde el pie y ascendiendo hasta la pelvis y columna.
  • A nivel de fisioterapia, trabajamos sobre la musculatura pelvitrocantérea con técnicas de masaje e inhibición sobre puntos gatillo que nos ayudan a minimizar la tensión muscular. 

Posteriormente, nos centramos en la resolución del foco inflamatorio en el trocánter con técnicas de crioterapia y cupping. 

Complementamos el tratamiento colocando un vendaje neuromuscular que nos servirá como apoyo para evacuar la inflamación.

  • Una vez se ha reducido el foco inflamatorio, pasamos a la fase de readaptación a la carrera en la que se crea un programa personalizado destinado a la mejora de la movilidad articular y al fortalecimiento de la musculatura.

En última instancia, procedemos a realizar una exposición progresiva de las estructuras dañadas a la carga y a gestos de impacto propios de la carrera para asegurar una vuelta a la actividad física segura y evitando recaídas.

Resultados del tratamiento

Tras 3 semanas de tratamiento el resultado es favorable. 

El dolor a nivel del trocánter ha desaparecido y se han podido completar entrenamientos de carrera de 10 km de distancia sin dolor.

Llevar a cabo una correcta fase exploratoria que nos permita tener una visión global del paciente es básica para elaborar un programa de tratamiento adecuado que nos permita tener éxito en la resolución del dolor.

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