El SIFO es un sobrecrecimiento de hongos a nivel del intestino delgado que suele ser consecuencia de diversos factores que iremos exponiendo de forma detallada en este artículo.
A nivel mundial, existen datos sobre la epidemiología del SIFO que nos indican que puede estar presente hasta en el 27% de los pacientes con síntomas gastrointestinales de larga evolución.
De todos ellos, en un 97% de los casos, el SIFO está en relación a un sobrecrecimiento de la cándida albicans.
Los síntomas del SIFO son muy similares a los del SIBO por lo que es difícil llevar a cabo un diagnóstico certero sobre esta patología sólo a través de los síntomas clínicos.
Para un correcto diagnóstico que nos permita tener la certeza de que nos encontramos ante un caso de SIFO está la prueba Gold Standard. Se trata del cultivo tras aspirado del intestino delgado y es la prueba que tiene mayor validez.
En esta prueba se toma una muestra del perfil microbiano intestinal y se analiza posteriormente su composición mediante un cultivo en laboratorio.
El estilo de vida juega un papel fundamental en el desarrollo de SIFO.
Aspectos como la dieta, la calidad del sueño, el nivel de estrés o el uso de fármacos como el Omeprazol, muy común actualmente, puede facilitar la aparición de esta dolencia.
¿Qué enfermedad es el SIFO?
Por definición y siguiendo la traducción de sus siglas en inglés (Small Intestinal Fungal Overgrowth) se trata de un sobrecrecimiento de hongos a nivel del intestino delgado, siendo la cándida albicans la principal especie de hongo que tiende sobreexpresar.
Los factores de riesgo para el desarrollo de este tipo de patología son:
- La ingesta de inhibidores de la bomba de protones como el Omeprazol que genera una alteración a nivel del pH del estómago. Esto crea cuadros de hipoclorhidria que facilitan situaciones de sobrecrecimiento en el intestino delgado.
Esto es así ya que el estómago debe actuar como filtro para acabar con todos aquellos microorganismos, entre los que se encuentran hongos, que ingerimos a través de la comida.
En el caso de que el estómago no sea lo suficientemente ácido dejará pasar hacia el resto del tubo digestivo a estos agentes que pueden llegar a proliferar.
Por otro lado, los inhibidores de la bomba de protones pueden llegar a crear cuadros de estreñimiento y el consecuente estancamiento de las heces dentro del intestino facilita la sobrepoblación de hongos y otros microorganismos
- Padecer enfermedades inmunosupresoras como el VIH así como el tratamiento con inmunosupresores ya que al bajar la actividad inmunológica se limita el control que agentes como la IgA hacen sobre los hongos.
- También otras enfermedades como la diabetes o el cáncer facilitan el desarrollo de SIFO.
- El estrés crónico es uno de los factores a tener en cuenta la aparición de los cuadros de SIFO ya que genera una alteración de la función inmunológica, mermando la capacidad de control sobre hongos como la cándida que, en condiciones normales, se comportan como comensales en nuestro intestino.
¿Cómo saber si tienes SIFO?
Los principales síntomas que puede apreciar una persona que padece SIFO son:
- Hinchazón abdominal
- Malabsorción de nutrientes
- Diarrea
- Pérdida de peso
- Dolor intestinal
- Sensación de plenitud tras las comidas
- Foggy brain, pérdida de memoria a corto plazo o dificultad para concentrarse
- Cansancio
Estos son síntomas muy parecidos a los de alguien que presente SIBO (Small Intestine Bacterial Overgrowth) en el que el sobrecrecimiento se trata de bacterias no de hongos.
De esta forma, la prueba más certera para contrastar si los síntomas están en relación a un SIFO o a un SIBO será a través de un aspirado del intestino delgado tras el que debe hacerse un cultivo que determine la naturaleza del sobrecrecimiento.
La presencia de más de 100 UFC/mL de hongos (como Candida albicans) se considera diagnóstico para SIFO.
No obstante, hay ocasiones en las que el sobrecrecimiento es tanto bacteriano como de cándida. Son compatibles.
En este caso, habrá intervenciones basadas en el estilo de vida que serán comunes a ambos tipos de sobrecrecimiento y deberán usarse medios específicos para abordar cada una de ellas como el uso de antifúngicos en el caso de la cándida.
¿Cómo se cura el SIFO?
Existen varias intervenciones desde diferentes perspectivas destinadas a combatir el SIFO:
A nivel médico – farmacológico
El tratamiento que se suele recomendar es a través de la prescripción de antifúngicos como el Fluconazol o la Nistatina.
Las pautas de nutrición
Estas pautas generalmente están enfocadas hacia:
- Evitar el consumo de alimentos que sean una fuente de energía para los hongos como son los azúcares refinados presentes, por ejemplo, en las bebidas industriales como los refrescos o los zumos. También los hidratos de carbono de absorción rápida tales como el pan blanco, el arroz o la pasta.
- Eliminar el consumo de alcohol.
- Incorporar alimentos que sean antifúngicos naturales como el ajo, el jengibre, el té verde, el orégano o la cúrcuma.
- Aumentar la ingesta de:
- Prebióticos como las alcachofas o el plátano verde.
- Probióticos como Saccharomyces boulardii, Lactobacillus y Bifidobacterium que podemos obtener vía suplementación directa o a través de alimentos fermentados.
- Mantener una dieta en general libre de alimentos procesados y ultraprocesados y rica en grasas, proteínas y carbohidratos de calidad
Suplementación
La suplementación indicada en los casos de SIFO está orientada es aquella con altas propiedades antifúngicas como:
- Berberina
- Aceite esencial de orégano combinado con aceite de coco
- Ácido caprílico
PNI
Desde la perspectiva integrativa de la PNI la propuesta pasa por:
- Reducir los factores de riesgo que están implicados en el desarrollo de la candidiasis como el consumo de inhibidores de la bomba de protones o el manejo del estrés crónico.
- Refuerzo del sistema inmunológico, las barreras corporales.
- Utilizar el alimento como medicamento introduciendo alimentos antifúngicos, prebióticos, probióticos, grasas y proteínas de calidad que nos ayuden a aportar al organismo aquello que necesita para mantener un buen equilibrio y combatir el cuadro de sobrecrecimiento.
- Mejorar el estado del resto de mucosas del cuerpo.
- Apoyo de la suplementación necesaria, no solo a nivel antifúngico sino para mejorar la inmunología.
- Trabajar sobre el eje intestino-cerebro-microbiota regulando tanto el estado de ánimo y los procesos de estrés como la salud intestinal.
- Estimular la actividad del sistema nervioso parasimpático mediante ejercicios de mindfulness, respiración, riéndonos, cantando y sintiéndonos en entorno de seguridad y protección.
- Intervenciones de vida intermitente como la hipoxia e hipercapnia, la exposición a frío, a calor, ayuno intermitente y actividad física de diversas modalidades que nos harán más resilientes y mejoran el estado neuro-inmunológico del cuerpo.
Cómo RIBER Salud puede ayudarte con el SIFO
Ya se trate de un cuadro de SIFO o de cualquier otra patología o enfermedad, será imprescindible llevar a cabo una completa entrevista en la que podemos explorar:
- Conocer el perfil metabólico y neuroendocrinología de cada paciente.
- Factores de riesgo epigenéticos que hayan facilitado la expresión de la enfermedad.
- La relación del paciente con los diferentes agentes de su entorno,
- El impacto que tiene la patología en las diferentes áreas de la vida del paciente.
- Qué situaciones o aspectos del estilo de vida pueden estar influyendo en la aparición del problema.
Toda esta información nos permitirá elaborar una propuesta terapéutica a medida para cada caso.
A pesar de que existan líneas maestras a la hora del abordaje del SIFO, es importante personalizar el tratamiento ya que los motivos en el desarrollo de la enfermedad no siempre son los mismos. Suele depender más de lo que está dentro, de la persona, que de la propia enfermedad.
Atendiendo a toda la información que hemos obtenido en la entrevista, pasamos a realizar una labor didáctica en la que explicamos al paciente qué le ocurre, por qué le ocurre, de qué manera afectan los diversos factores de riesgo que ha ido acumulando a lo largo de su vida y en qué momento en concreto de la misma han facilitado la aparición de la enfermedad.
Este proceso de deep learning como así lo conocemos es una intervención en sí misma y permite a nuestros pacientes comprender su situación y entender que su salud está en sus manos, que hay muchas cuestiones que se pueden manejar a partir de cambios en el estilo de vida que dependen principalmente de cambios generados por ellos mismos.
Y para generar estos cambios debe haber una toma de decisiones en las que el deep learning juega un papel fundamental para entender de qué manera nuestro estilo de vida junto con otros factores se asocian para abrir la puerta a la enfermedad.
Como hemos comentado anteriormente, el tratamiento deberá ser personalizado en cada caso, ya que podemos encontrar casos de SIFO derivados del estrés, por una mala alimentación o por la ingesta crónica de antibióticos u Omeprazol.
No obstante, como en la amplia mayoría de las patologías rara vez se debe a un único factor aislado.
Cada vez somos más conscientes de que la combinación de varios factores genera la aparición de los problemas de salud.
Abordaje para un cuadro de SIFO
A continuación, exponemos un abordaje tipo para un cuadro de SIFO:
- Será básico minimizar los factores de estrés crónico que pueden ser de tipo psicoemocional, psicosocial, por falta de descanso o carencias en la exposición a la luz solar, entre otros.
- Revisar el estado del estómago, explorando si existen síntomas de hipoclorhidria.
- Explorar factores de riesgo como la ingesta de antibióticos u Omeprazol previo a la aparición del cuadro de SIFO,
- Verificar si en otras mucosas del cuerpo como en la boca hay síntomas de sobrecrecimiento fúngico y abordarlas específicamente.
- Recuperar la barrera intestinal que se ha visto dañada por los cambios en el perfil microbiano.
Para esto, solemos plantear un proceso que nos llevará unas 8 semanas en el que iremos progresivamente recuperando la barrera a partir de aportar los sustratos necesarios para ello e ir modificando el perfil microbiano a partir de intervenciones en la dieta y con suplementación específica.
En última instancia, nos aseguramos de que el ambiente en la barrera sea antiinflamatorio y se recupere la funcionalidad normal.
- La dieta juega un papel fundamental en el abordaje del SIFO. Por un lado debemos rebajar el consumo de aquellos alimentos que aporten energía a la cándida como los azúcares simples y refinados que podemos encontrar en los refrescos o zumos industriales, así como los hidratos de carbono de absorción rápida como el pan o la pasta.
Del mismo modo, se recomienda basar la dieta en grasas, proteínas e hidratos de carbono de calidad como los que podemos encontrar en el pescado azul, la carne magra, los huevos, aceite de oliva virgen extra, aguacate y verduras como las alcachofas, el calabacín el brócoli o los espárragos.
- En cuanto a suplementación, nos valdremos de alimentos o suplementos antifúngicos como son el jengibre, la cúrcuma, el ajo, el aceite de coco y de orégano o la berberina.
También podemos utilizar la melena de león que no solo tiene un gran poder antiinflamatorio, sino que este hongo va a tener una gran influencia en el tratamiento del eje cerebro-intestino-microbiota, ayudándonos a regularlo.
Si uno de los focos de desarrollo de la cándida es el estrés psicoemocional, el reishi es otro hongo que puede ser un gran aliado para modularlo.
Igualmente, intervenciones como hacer gárgaras, cantar o el mindfulness destinadas a mejorar el tono del sistema nervioso parasimpático serán de gran utilidad en el manejo y tratamiento del SIFO.
- Las intervenciones basadas en vida intermitente son una de las mejores estrategias con las que contamos en PNI para el tratamiento de las patologías que nos llegan a consulta.
De esta forma, la exposición intermitente al frío y al calor, hacer periodos de ayuno espaciando las comidas, realizar hipoxias e hipercapnias respiratorias y realizar actividad física en la que alternamos los ejercicios de alta intensidad con los de intensidad moderada y baja nos ayudará a mejorar nuestro estado de salud.
Si padeces SIFO o piensas que puedes tenerlo y quieres mejorar, contacta con nosotros, podemos ayudarte a través de nuestras consultas online.
Referencias
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